lunes, 23 de enero de 2012

¿Qué es esto? ¡Un diapasón!

Ese primer día el profesor también sorprendió a mis compañeras sacando de su bolsillo un “aparatito” en forma de U. Se paseó por la clase y dejó que pensaran, que dieran con la respuesta a su pregunta silenciosa “¿qué es esto?”. Entre las aportaciones, hubo gente que se aproximó a su utilidad “sirve para afinar la guitarra” y que acertó su nombre “diapasón”. Al final, el profesor realizó su explicación, diciendo que el diapasón sirve para afinar los instrumentos y dar una referencia a la hora de cantar una canción. Se sujeta por el extremo y se golpean las varillas con un dedo (nunca se golpea el diapasón contra otro objeto ni es necesario romperse un dedo en el intento) para que éstas vibren.

Al acercarse el diapasón al oído, estas vibraciones producen la nota musical La. Hizo que el diapasón fuese de mano en mano y de oído en oído, que todas reprodujesen verbalmente el La del diapasón, que todas entonasen. Por lo que me cuenta Alba, se lo pasaron genial, hasta tal punto que de tanto reír y reír algunas eran incapaces de entonar el La. 

Según wikipedia, "para usarlo se golpea suavemente o se pellizcan las dos ramas de la U, de manera que comience a vibrar. Como cualquier instrumento musical el elemento generador casi no emite sonido y es necesario un elemento de amplificación, para lo que se apoya la parte que no vibra en la caja de resonancia de algún instrumento o cualquier superficie rígida". "El diapasón más utilizado es el llamado La 440 (que significa que genera una nota la4 de exactamente 440 Hz" " Actualmente en las orquestas, sólo el oboe se afina (estirando su boquilla) con respecto a un diapasón de La 440. Luego toda la orquesta afina con respecto al la del oboe."

El diapasón puede ser de gran utilidad en el aula de infantil. Como dijo Tomás, si en algún momento olvidamos con qué tono comienza una canción que queramos cantar, no tenemos más que golpear el diapasón, acercarlo a nuestro oído, entonar el La y a partir de ahí entonar el resto de notas. 

El profesor utilizó el diapasón para buscar en el piano la nota de inicio de “Pimpón es un muñeco”. Una utilidad más. 

Por último, sorprendió a toda la clase con la siguiente demostración. Sacó a Alba al “escenario”, hizo que se tapara los oídos, e hizo vibrar el diapasón sobre su cabeza, primero, y luego sobre su codo, con la muñeca colocada en el oído. Mi compañera no pudo hacer más que alucinar, no se esperaba para nada que iba a escuchar el La sin tener el diapasón directamente al lado de su oído. Y es que, como dijo Tomás, el sonido se transmite por lo sólido y, por tanto, por los huesos. 

El profesor les enseñó a introducir un elemento musical en el aula de una forma divertida, amena, que captara la atención y enganchara a los alumnos, que provocase en ellos las ganas de aprender más sobre el objeto. Una enseñanza que, sin duda, es una joya para nosotras como futuras educadoras. No podemos permitir que nuestros alumnos se aburran cuando les contamos algo. Nuestra explicación debe poseer variaciones de tono, interacción y, si aún encima metemos la magia y el juego de por medio, mejor que mejor. 

**Aunque como dije al principio no acudí a esta primera sesión, en la segunda sesión dedicamos unos minutos al diapasón. No lo comento en las entradas del día correspondiente pues me parece más lógico en cuanto a continuidad introducirlo aquí. Ese día fue el primer día que entoné un La con el diapasón. Grave, pero un La. Soy una persona a la que no le gusta cantar en público pues lo hago fatal, tengo la voz para mi gusto demasiado grave. Desafino cuando intento alcanzar notas agudas. Por eso me asusté cuando Tomás me dijo: “sal y haz el La”. Me tragué la vergüenza y pensé que al fin y al cabo mi profesión se basaría en cantar día sí día también, así que desconecté la parte de mi mente que se pone colorada por miedo al hacer el ridículo, di golpecito al diapasón y, esperando una respuesta negativa por parte de Tomás, dije “Laaaaaa...”. “Otra vez” “Laaaaa…” “Eso es, perfecto, un La grave pero perfecto. Si te pido un La y me das esto tienes un La de 10” No me lo creía, no me esperaba que pudiese dar un La tan de repente. Pensé que a lo mejor fue un golpe de suerte, pero lo cierto es que lo he seguido intentando en casa y mi La es igual al que pronuncié mi primer día en Educación Musical para la Etapa de Infantil.

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