lunes, 20 de febrero de 2012

Jugamos con el metrónomo

Al entrar en el aula de música, el profesor se encontraba sentado en una de nuestras sillas: el comienzo de la clase nos tocaba a nosotros. Nos invitó a ir saliendo para mostrar las actividades que habíamos pensado con metrónomo. La primera parte de la clase trascurrió con nuestras exposiciones y la participación de los compañeros es los juegos propuestos. Al terminar, Tomás nos pidió que hiciésemos al menos una crítica positiva y una crítica negativa de todo lo que habíamos visto y que recogiésemos por escrito todos los juegos expuestos así como las posibles variaciones o críticas que quisiéramos hacer. 

A continuación aparecen desarrollados los juegos para introducir el metrónomo en el aula de infantil que ese día fueron explicados: 

1. Juego o actividad de carrera y pausa según el tempo del metrónomo. 

El juego presentado consiste en realizar una carrera del siguiente modo: partiendo de una línea de salida, hay que correr entre pulso y pulso del metrónomo, parando en seco cada vez que éste suene. 

Desde mi punto de vista, requiere haber trabajado anteriormente unas actividades que introduzcan y presenten el metrónomo a los niños. No obstante, considero que es un buen método para trabajar los pulsos del metrónomo y familiarizarse con él una vez que los niños ya sepan cómo funciona y de qué partes se compone. Permite, además, que el metrónomo se traslade a otros espacios fuera del aula, como por ejemplo la sala de psicomotricidad, para realizar con mayor comodidad los desplazamientos que implica la actividad. 

El juego trabaja la concentración, la atención, la coordinación audio-motriz, la diferenciación entre pulso y pausa y, por tanto, la percepción de un espacio de tiempo entre cada pulso del metrónomo, el equilibrio estático y la familiarización y conocimiento del objeto. 

2. Exposición propia: combinación de “Soy metrónomo” + “El ritmo del metrónomo” + “Cuántas palmadas” 

Primero se introduce y presenta la herramienta, intentando que sea de un modo cercano y divertido para los niños: “Os voy a presentar a un señor muy, muy, muy, importante para todos los músicos. ¿Sabéis quién es? Es el señor metrónomo. ¡Mirad! (muestra del metrónomo). ¿A que es muy bonito? Pues este señor metrónomo es capaz de hacer una cosa… ¡que ni os imagináis!”

Mi metrónomo tendrá colocado en el centro el dibujo de una cabeza para poderlo marcar claramente y poder hacer las actividades siguientes; esto nos permitirá hacer como si la varilla del metrónomo fuese un cuerpo, pudiendo identificar sus movimientos con los nuestros. Antes de comenzar a realizar las siguientes actividades, veremos de qué se compone el metrónomo y cómo se llama cada parte, pudiendo hacer comentarios y analogías sobre las mismas: caja, varilla, piececita, escala de números.




Después de que los niños conozcan el metrónomo, podemos jugar a "Somos metrónomos", donde les mostraré lo que el metrónomo es es capaz de hacer (mover su varilla de un lado a otro con diferentes velocidades). Primero les enseñaré el tempo lento, y tendremos que movernos como si nuestro cuerpo fuese un péndulo de un lado a otro, siguiendo el tempo. Después, realizaremos la actividad con diferentes velocidades. 

Esta actividad se puede enlaza con "El ritmo del metrónomo" donde, para adentrarnos en el uso de éste, imitaremos su sonido. Volveré a dar cuerda al metrónomo y observaré que cuando la varilla llega al centro o se “pone recta” (sirve de guía el dibujo de la cabeza) suena un “tic”. De este modo, comenzaremos con el tempo de 40 bpm y ascenderemos progresivamente hasta llegar a 100 bpm. A medida que observan la velocidad de los movimientos y el sonido de cada tempo, se realizará la actividad, incluyendo a “Somos metrónomos” palmadas en nuestros movimientos. Tendremos que señalar que nuestro cuerpo es como la varilla del metrónomo, por tanto, cuando nos balanceemos de un lado a otro seremos la varilla moviéndonos; cada vez que nuestro tronco esté recto, daremos una palmada. 

Cuando la coordinación movimiento-palmada sea dominada, podremos pronunciar un monosílabo con cada palmada (sol), diferenciando cada tiempo, lo cual nos servirá para la actividad siguiente. Así sucesivamente imitando el sonido del metrónomo. 

Por último, podemos hacer juegos como "¡Cuántas palmadas!" o "¡Qué divertido es el metrónomo!". 

En "¡Cuántas palmadas!" Primero les explicaré que antes de que la varilla llegue al centro (antes de que el cuerpo se ponga recto y demos la palmada) podremos dar tantas palmadas como queramos. Para no perdernos con los sonidos, asignaremos una palabra de tantas sílabas como figuras tenga cada tiempo, de modo que la primera sílaba se corresponda a la palmada del centro y las sucesivas a las que entran entre pulso y pulso. Comenzaremos con dos corcheas en cada tiempo, a diferentes velocidades: lu-na, correspondiéndose cada sílaba a una corchea. Después, introduciremos tres corcheas en cada tiempo, también a diferentes velocidades (pá-ja-ro) y cuatro corcheas (cho-co-la-te). 

Una vez que ya hemos trabajado las negras y las corcheas en cada tiempo, realizaremos actividades de ritmos con el metrónomo siguiendo el modelo que les marque, jugando a "¡Qué divertido es el metrónomo!" Para hacer los sonidos utilizaremos palmadas, palmas sobre las piernas, patadas en el suelo y pitos con los dedos. 

Con estas actividades opino que se trabajan varios aspectos: la atención, la concentración, el conocimiento de las partes del metrónomo, el conocimiento del funcionamiento del metrónomo, la lateralidad, la imitación, la coordinación audio-motora, el ritmo, el conocimiento de la división de las palabras en sílabas. 

3. Conversaciones con el metrónomo 

En la actividad propuesta, dos personas tienen que mantener una conversación siguiendo los pulsos que marca el metrónomo. La actividad se complica a medida que se aumenta la velocidad de los pulsos por minuto. 

Es una actividad muy divertida que también trabaja la concentración, la atención, el vocabulario, el ritmo, la percepción de los pulsos marcados por el metrónomo. 

4. Ritmos con el metrónomo 

La actividad propuesta por mi compañera consiste en colocarse en corro (todos o algunos alumnos) y realizar ritmos siguiendo una serie cada vez que el metrónomo suene al marcar el tempo. De este modo, cada uno debía dar una palmada con las manos o sobre las rodillas con cada “tic”, según le correspondiese. La serie que nosotros realizamos era palmada – palmada – rodilla. 

Esta actividad ofrece varias posibilidades de combinaciones de ritmos, incluyendo patadas en el suelo con el pie derecho, pie izquierdo, pitos con ambos dedos o con la izquierda-derecha, palmadas, palmadas sobre ambas piernas o alternando derecha-izquierda, etc. 

Mediante este ejercicio musical se ponen en marcha varias habilidades como la atención, la memoria, la concentración, la audición, la coordinación audio-motriz, el sentido de ritmo y la familiarización con el tempo marcado por el metrónomo. 

5. Orquesta grupal con metrónomo 

Esta actividad, muy divertida, nos hacía tomar el papel de percusionistas dentro de una gran orquesta. La directora de orquesta, en este caso, nos dividió en tres grupos. Un grupo se encargaba de dar palmadas, otro de dar patadas en el suelo y el tercero y último tocaba pitos con los dedos. Según las instrucciones de la directora de orquesta, unos u otros grupos tocaban su percusión; de este modo, si la directora levantaba la mano orientándola hacia uno de los tres grupos, ese grupo empezaba a tocar lo que le correspondía sin dejar de hacerlo hasta que la directora se lo indicase bajando la mano, pudiendo tocar más de un grupo a la vez. 

Cada palmada, patada en el suelo o pito con los dedos debía hacerse cada vez que el metrónomo marcase el tempo. Este ejercicio requiere mucha atención y concentración para escuchar el sonido del metrónomo y para captar las órdenes de la directora de orquesta. Con él se trabajan también el ritmo, la coordinación audio-viso-motriz y la percepción de las diferentes velocidades de tempo que puede marcar el metrónomo. 

Para realizar el juego o actividad es necesario que, en primer lugar, la maestra actúe de directora de orquesta y explique claramente a cada grupo qué tiene que hacer, ensayando con él primeramente su percusión siguiendo el metrónomo. Es necesario también el silenció para captar el tempo del metrónomo. Esto último puede constituir una complicación a la hora de ejecutar el juego, pues al actuar dos o más grupos simultáneamente el ruido puede despistar a los niños y provocar que los sonidos se realicen a destiempo o más rápido/más lento que las señales acústicas del metrónomo. 

6. El metrónomo humano 

En esta actividad un niño o la profesora/profesor tiene que meterse en el papel de un metrónomo, y señalar el tempo que el niño quiere que marque con movimientos y sonidos. Para ello, su cuerpo será el metrónomo, la mano será la piececita y el tronco del cuerpo equivale a la escala numérica que señala la velocidad del tempo. El niño que debe marcar el tempo se convertirá en las varillas, pues debe simular su movimiento según la velocidad que el metrónomo humano esté marcando. De este modo se trabajan la coordinación audio-motriz y la lateralidad. 

El juego se centra principalmente en trabajar las velocidades del metrónomo, de modo que si la persona que hace de metrónomo coloca su mano en la parte alta de su tronco, la velocidad ha de ser lenta, mientras que la velocidad aumenta a medida que desciende la colocación de la mano sobre el tronco. 

Una posible variación de este ejercicio es implicar al grupo completo pidiendo que todos marquen el tempo, con la velocidad adecuada, mediante body percussion o sonidos (tic-tac, sol, lu-na, etc.) 

Para realizar este ejercicio, considero que es importantísimo que se deje muy claro a los niños que cuanto más arriba esté la piececita en la varilla del metrónomo, más lento será el tempo, y cuanto más abajo se encuentre más rápido será el mismo. 

7. Adivina el tempo 

En este ejercicio, el educador/a colocará la piececita del metrónomo a diferentes alturas para que éste produzca tempos en distintas velocidades. Un niño, o todo el grupo, deberá actuar de metrónomo humano colocando su mano sobre la altura correcta de su tronco, según si la velocidad que marca el metrónomo es rápida (parte baja del tronco) o lenta (parte alta del tronco). 

En este ejercicio también es necesario que los niños tengan claro que cuanto más arriba se encuentre la piececita, más lento será el tempo, y cuanto más abajo más rápido será. 

8. Bailamos con el metrónomo 

En este juego de baile, debemos realizar un movimiento determinado cada vez que suene el metrónomo. Con esta actividad, también intervienen la atención, la memoria de los pasos coreográficos, la concentración, la coordinación audio-motriz, la motricidad, la lateralidad. 

9. El trabalenguas y el metrónomo 

Como el título del juego indica, consiste en vocalizar un trabalenguas, en este caso “Tres tristes tigres”, al ritmo según el tempo que marca el metrónomo. De este modo, se comienza recitando el trabalenguas muy despacito y se aumenta la velocidad progresivamente. 

Requiere conocer el trabalenguas, implica la pronunciación correcta, la memoria, la concentración, la percepción de la velocidad del tempo, la audición atenta. 

10. Torre de manos 

Para realizar este juego, algunos niños se deben colocar en corro rodeando una mesa. Deben construir una torre de manos a la velocidad que lo indique el metrónomo. 

Es un juego que me pareció un poco difícil de realizar con niños pequeños, pues a mayor velocidad, más difícil es realizar la torre correctamente y, probablemente, terminarían haciéndose un lío de manos. 

11. Director de orquesta con palmas y pies. 

Antes de explicar la actividad, mi compañera nos comentó que primero presentará el metrónomo en el aula como un nuevo compañero, y propondrá la búsqueda de un nombre para él entre todos. 

Después nos explicó esta actividad, en la que todos pertenecíamos a una orquesta. Siguiendo el tempo del metrónomo, hay que dar palmadas o patadas en el suelo según la directora indique. 

Al igual que en el otro ejercicio sobre orquesta, este juego implica a la atención, a la concentración, a la coordinación audio-motriz y acerca al alumno a un conocimiento práctico del metrónomo. 

12. Moviéndonos por el espacio. 

En este juego hay que moverse por el espacio del aula siguiendo el tempo marcado. Si es lento, tenemos que movernos muy despacio y suavemente, mientras que cuanto más rápido es, más veloces y bruscos serán nuestros movimientos. 

Implica la coordinación audio-motora, la audición del sonido del metrónomo, la motricidad, la atención y la concentración. 

13. El ladrón y la carrera. 

Este juego, muy similar al anterior, consiste en movernos como ladrones sigilosos cuando el tempo sea lento y como ladrones a la carrera cuando el tempo sea rápido. 

Otra variante es movernos como determinados animales, según sean rápidos o lentos. 

14. La construcción del metrónomo humano 

Para acercarse al conocimiento de las partes del metrónomo, una compañera propuso este juego que consiste en construir, con varios alumnos, un metrónomo: dos alumnos formarán la caja, otros dos representarán la varilla oscilando (uno se coloca en la derecha y otro en la izquierda), uno será la varilla y otro será la piececita. 

Un aspecto que no me gustó de este juego la instrucción de que cada componente de la varilla debe hacer “tic” o “tac”, según cual sea su posición, representando el sonido del metrónomo. Creo que es una instrucción errónea porque, desde mi punto de vista, el metrónomo marca el tempo en el centro, no en los extremos. Esto me lleva a pensar que un pequeño error o una duda sobre el funcionamiento de algo puede inducir a que los alumnos aprendan ese concepto erróneamente. 

En cuanto al juego en sí, me parece que es una buena actividad de representación que induce a la observación del metrónomo y al consecuente aprendizaje de sus partes. 

15. Saltando aros. 

Para esta actividad se colocan en el suelo unos aros, formando un círculo con ellos. Los niños se colocan dentro de cada aro, y tienen que saltar al que está a su derecha cada vez que suene el metrónomo. Pueden saltar a la pata coja, con los pies juntos, dando una palmada, etc., y también se pueden hacer cambios de sentido para complicar la actividad. 

Es un juego principalmente motriz, con un añadido musical al centrar el mandato de los saltos en el metrónomo. Como todos los demás, implica concentración, atención, coordinación audio-motriz, etc., pero también implica equilibrio estático y saltos.

Clasificación de actividades

He realizado un cuadro para clasificar las actividades en función del número de participantes. Las "X" corresponden al modo en que realizaron las actividades durante la sesión, mientras que las "x" se refieren a otros posibles modos de realización que considero adecuados para su aplicación. 


Actividades propuestas

Todo el grupo (con o sin subdivisiones)

Grupo en dos o más equipos

Algunos alumnos mientras la clase observa

Corro de algunos alumnos mientras la clase observa
1.
x
x
X

2.
X



3.


X

4.
x
x

X
5.
X



6.
x

X

7.
x

X

8.
x

X

9.
X



10.

x

X
11.
X



12.
x
x
X

13.
x
x
X

14.


X

15.
x
x

X











Críticas de los alumnos

Como decía al principio de la entrada, tras la realización de los juegos, el profesor nos pidió que dijésemos algo bueno y algo malo de algunos de ellos. En general, los juegos que más gustaron fueron el de baile y la conversación. También se felicitó el hecho de haber realizado actividades que implicasen una atención y concentración por parte de los niños, para que siguieran la clase sin perderse. Se criticó negativamente el no saber nombrar las partes del metrónomo, pues esa es la base para la enseñanza del mismo en educación infantil. Se hizo hincapié, además, en que deberían explicar claramente dónde hay que colocar la piececita para que el tempo sea lento y dónde para que sea rápido.

Críticas del profesor

Las críticas más importantes del profesor, dirigidas a casi todo el grupo que había expuesto, se centraban en no utilizar el condicional al explicar una actividad, pues eso lleva a pensar que la actividad “se podría hacer de muchas formas” pero no se demuestra realmente de cuáles; teníamos escondido el metrónomo, colocado encima de una silla curva, en vez de tenerlo sobre un atril frente al grupo; las explicaciones deben ser menos y más sencillas; debemos contextualizar la actividad, imaginar que estamos en el aula de infantil y que se la vamos a explicar a nuestros pequeños; en varias ocasiones hubo referencias al tempo del metrónomo denominándolo ritmo, y por eso el profesor nos pidió que buscásemos la diferencia entre pulso, tempo y ritmo.

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